La importancia de elegir una buena cartera de inversión, @CurroCobo
Actualizado: 3 jul 2022
Al terminar los estudios no tuve problema en encontrar trabajo, había elegido una carrera de esas ‘con salidas’. Esto me permitió estar haciendo entrevistas de trabajo meses antes de terminar mi etapa universitaria, lo que hizo que consiguiera varias ofertas para empezar a trabajar poco después de presentar el temido trabajo de fin de grado. No voy a mentir, una vez comencé en el mundo laboral algún que otro capricho cayó; móvil nuevo, buenas vacaciones, invitar a los amigos a una cena, etc. Sin embargo, comencé a sentir un gran interés por la gestión del ahorro desde el momento en el que fui generando un colchón financiero. Ya sabemos todos cómo funcionan las redes sociales y plataformas de contenido online (y sus algoritmos): en cuanto comencé a consumir contenido sobre finanzas personales e inversión, me vi inundado por sugerencias para aprender más sobre el tema.
Aunque mi situación laboral era razonablemente buena, no lo era así la de muchas otras personas de mi entorno. Esto no hacía más que motivarme a aprender sobre la gestión del ahorro ya que iba conociendo la importancia del mismo. Al adentrarme en el mundo de la inversión, me di cuenta del desconocimiento generalizado que existe en nuestro país sobre este tema. Paralelamente, cada vez me gustaba más y sentía que era algo que entendía, disfrutaba y se me daba bien.
La mayor parte del contenido divulgativo que podemos encontrar en redes sociales procede de Estados Unidos o se trata de contenido en español adaptado o basado en las ideas del otro lado del Atlántico. No en balde, el mercado norteamericano es el mayor del mundo. Su mercado bursátil tiene una capitalización superior al 60% de la capitalización bursátil mundial total y sumando solo sus empresas tecnológicas superan en valor a toda la bolsa europea. Además, su cultura financiera, productos disponibles y ventajas fiscales al ahorro son notablemente superiores.

Fuente: MSCI ACWI
Los consejos financieros para conseguir una buena relación con el dinero que aprendí eran generalmente comunes: gasta menos de lo que ingresas, invierte cuanto antes para aprovecharte del interés compuesto, automatiza tus inversiones, pon foco en los costes, etc. Una de las filosofías de inversión predominantes se trata de las carteras ‘Bogle’ que básicamente se centran en invertir con fondos indexados, de bajo coste, por capitalización y reduciendo el riesgo según el horizonte temporal con bonos. Leyendo a los blogueros ‘FIRE’ (acrónimo en inglés para independencia financiera, jubilación temprana) todos recomiendan esta filosofía de inversión e incluso algunos desaconsejan invertir en bonos (debido a los bajos tipos de interés) y únicamente posicionarse en renta variable. Todos estos consejos de creación de carteras son razonablemente buenos, tienen costes bajos, han funcionado espectacularmente bien en los últimos 40 años (periodo económico marcadamente deflacionario) y pueden sentar una buena base para la gestión de nuestro patrimonio financiero.

Fuente: ReSolve Asset Management
Al principio me dejé llevar por el sesgo de confirmación, consumiendo cada vez más contenido afín a lo que ya había visto antes y retroalimentando sobre la idea de que todo lo que no fuera fondos indexados de bajo coste y renta variable no tenía demasiado sentido. Los fondos indexados de renta variable son una de las mejores formas de capturar el crecimiento económico global ya que invertimos en las principales empresas mundiales sin prácticamente intermediarios y con costes muy bajos. Además, estos fondos son una estrategia convexa (pérdidas relativamente limitadas, beneficios potencialmente ilimitados) que pueden servir como complemento a una cartera diversificada. Sin embargo, pronto comencé a darme cuenta de que apostar todo a ellos tenía sus pegas. Mi experiencia en marzo de 2020, donde sufrí la primera gran caída fuerte de la bolsa en mi corta vida como inversor, me llevó a darme cuenta de algunos de los errores que había cometido:
1. Falta de convicción
Considero que lo más importante en nuestro camino como inversores es reflexionar sobre el motivo por el que estamos invirtiendo. ¿Cuál es nuestro ‘por qué’? Responder a esta pregunta nos ayudará en los momentos que dudemos de nuestras propias convicciones. Si tenemos un motivo para hacer algo, las excusas y los baches durante el camino se irán esfumando.
Existen muchas razones por las que una persona debe animarse a invertir, pero cada uno debemos encontrar cuál es nuestro motivo y cuáles son nuestros objetivos personales.
Para saber en qué podemos invertir también debemos poder responder a la pregunta ‘para qué’. El horizonte temporal y la necesidad de capital durante el camino va a tener una fuerte repercusión en la cartera que será más acorde a nuestro perfil. Considero, como se ha expuesto en otras ocasiones en esta comunidad, que la gran mayoría de inversores tendemos hacia un perfil mixto, combinando dos grandes objetivos: tener el máximo capital posible a largo plazo, pero el suficiente durante el camino. Este objetivo dual hace que la gestión del riesgo sea clave en la creación de una cartera y a la hora de decidir en qué invertir.
Respondiendo a estas preguntas ganaremos convicción en nuestro planteamiento personal de cartera y en momentos de tensión podremos razonar a nuestro ‘yo’ del futuro por qué debemos seguir el camino.
2. Mal ajuste del riesgo
Una de las características de las carteras ‘Bogle’ o las carteras 100% renta variable indexada que se suelen recomendar en el contenido financiero online y que personalmente no me convencía es el conocido como ‘periodo bajo el agua’. Este concepto se refiere al tiempo que transcurre desde el comienzo de una caída hasta que tu cartera se recupera (históricamente hablando, claro, las bolas de cristal cotizan caras). Debido a que existen escenarios económicos que penalizan claramente a estas carteras sus ‘periodos bajo el agua’ han llegado a superar históricamente los 10 años. Al sufrir una caída fuerte en la cartera, el saber que históricamente ha podido tardar en recuperarse más de 10 años es algo que cuesta digerir.
Nuestras vidas son impredecibles y la necesidad de dar un bocado a nuestras inversiones financieras es poco planificable. El ciclo económico es inevitable pero impredecible. Las situaciones personales inesperadas son impredecibles, pero inevitables.

Fuente: Portfolio Charts
La crisis de coronavirus ha sido (al menos desde mi punto de vista) no sólo una fuerte crisis económica (aunque con una relativa rápida recuperación) sino también una crisis de confianza en instituciones y en los sistemas (y reglas) financieros tradicionales. El auge de las criptomonedas que ha venido de esta situación creo que refleja en gran medida lo que comento. Nuestra cartera debe estar preparada para cualquier escenario económico.
Marcos Bueno hace un símil entre carteras de inversión con coches de competición. Un Fórmula 1 es un coche tremendamente veloz en condiciones perfectas. Sin embargo, si el coche sufre un golpe, sus ruedas se desgastan, o la situación meteorológica cambia rápidamente, el coche no sólo deja de ser óptimo sino que podría llegar a ser ampliamente superado en rendimiento por un coche convencional. En caso de encontrarnos en condiciones extremas, probablemente elegiríamos un buen 4x4 (o llegado el punto, un tanque) para desplazarnos antes que un F1.
Otro concepto que considero de enorme importancia y que no se tiende a mencionar es la conocida como ‘rentabilidad de referencia’ (del inglés baseline return). La rentabilidad de referencia es la tasa de crecimiento anualizada ajustada a la inflación del percentil 15 (85% de las situaciones se han dado por encima de ella, 15% por debajo) para una duración de la inversión determinada. Es importante medir este dato porque las medias a veces engañan. Con datos de Portfolio Charts, una cartera 100% renta variable indexada tiene una rentabilidad de referencia a 15 años ligeramente superior al 3% frente al 5,5% de una cartera permanente (retornos reales). Sin embargo, sus rentabilidades medias fueron del 8% y del 6,5% respectivamente. Este tipo de datos dotan de algo más de realidad a nuestras expectativas de rentabilidad.

Fuente: Portfolio Charts
Por último en este punto, y más como curiosidad, el activo más rentable en la zona euro desde la creación de la moneda común (entre bonos a largo plazo, acciones, efectivo y oro) ha sido el oro con una rentabilidad anualizada del 8,53%. El índice bursátil MSCI EMU rentabilizó un 4,25%, el bono alemán a largo plazo un 7,5% y el efectivo un 1,35% (bono alemán a muy corto plazo).
3. Carecer de una comunidad
Las personas somos animales sociales y nuestra felicidad, confianza y seguridad depende en gran medida de nuestro entorno. Tener una comunidad nos ayuda en cualquier ámbito de la vida. En nuestro camino como inversores o en la transición de ahorradores a inversores, una comunidad de personas con una filosofía común (pero sin temor a introducir ideas nuevas y debatir las existentes), nos ayuda enormemente. Carecer de una comunidad puede incrementar los temores durante los baches del camino y aumentar la probabilidad de cometer potenciales errores. Participar y proteger es una comunidad de inversores que busca participar del crecimiento global a la vez que proteger el capital invertido.
La cartera permanente y las estrategias de diversificación estructural son nuestro 4x4 para desplazarnos en el camino de la gestión del ahorro. La elección de una correcta cartera de inversión ayuda a tener la cabeza donde debe estar, reduciendo las preocupaciones y miedos racionales en nuestro camino inversor.
Este blog está editado por un servidor, Curro. Soy arquitecto de soluciones tecnológicas y tengo un enorme interés por las finanzas personales, la gestión de patrimonios y la inversión financiera. Comencé a una edad bastante temprana a invertir (y por tanto a cometer errores) y encontré respuestas a muchos de los temores que tenía como inversor en la filosofía de inversión todoterreno. Creo que una aproximación a los mercados financieros patrimonialista, con un conocimiento suficiente sobre nuestra estrategia, con un foco en el control de riesgos y con activos estructuralmente diversificados es la correcta para la gran mayoría de inversores.
Cualquier contenido que puedas encontrar en esta web tiene objetivo meramente educativo y no debe ni puede considerarse asesoramiento en inversiones ni una recomendación para comprar o vender activos de ningún tipo.