Harry Browne ya pensó en Bitcoin, @CurroCobo
Actualizado: 3 jul 2022
Muchos inversores sienten un fuerte interés por el ecosistema ‘cripto’. Muchas personas dudan si deberían o no incluir el sector blockchain y/o activos digitales en su cartera. El mundo de las criptomonedas y los tokens genera a partes iguales curiosidad y escepticismo, no es para menos; la ‘martet cap’ (capitalización de mercado) únicamente de las dos criptomonedas más grandes (Bitcoin y Ethereum) supera los 700 mil millones de euros (finales mayo 2022). La disrupción tecnológica que la tecnología de la cadena de bloques (blockchain) puede generar en el sector financiero tradicional es otro de los motivos del gran interés inversor.
Normalmente, cuando intentamos crear una cartera ‘estructuralmente diversificada’, buscamos activos que no necesariamente tengan una rentabilidad esperada alta (partimos de la base de que el escenario económico es impredecible) pero que sí se comporten de manera diferente en distintas situaciones de mercado. Hablando específicamente del Bitcoin, muchos lo ven como un activo sustituto del oro y un argumento en contra de la estabilidad de la cartera permanente y otro tipo de estrategias que incluyen al metal dorado en su constitución. Pero, ¿es realmente el Bitcoin un sustituto del oro?
En el artículo Ríos de Oro, Rafa explica en detalle el marco conceptual de la inversión en oro. Algunas de las ideas clave que podemos extraer del mismo son que el oro es dinero natural (reserva de valor), que el valor del mismo no solo se da por evidencia empírica, sino también por un fuerte marco teórico que lo respalda y que su precio viene determinado en gran medida por las expectativas de políticas monetarias de los bancos centrales y por el coste de la energía. El oro además ha proporcionado protección históricamente frente a ciertos escenarios económicos y, debido otra vez a la base teórica que lo respalda, es de esperar que lo haga de nuevo en el futuro. Como observamos en la siguiente tabla, su correlación con el mercado de acciones es bastante baja. Sí tiene una mayor correlación con los bonos indexados a la inflación, como es de esperar.

Fuente: Portfolio Visualizer. Datos hasta abril 2022.
Por un mero argumento de historia (los seres humanos llevamos valorando al oro como moneda durante más de 5.000 años), Bitcoin (nacido en 2009) y oro no parecen activos comparables. Debido a su gran volatilidad, Bitcoin no es utilizado actualmente como medio de reserva de valor (no tendría sentido comprar activos con una reserva de valor que tiene mayor volatilidad que el activo a comprar). El precio de Bitcoin tampoco ha estado ligado a la expectativa de variación de tipos de interés ni a los precios de la energía. ¿Cómo se valora entonces Bitcoin y otras criptomonedas?

Fuente: Coinbase
Los inversores tienden a pensar que los tokens aumentan su precio cuando se incrementa su uso dentro del ecosistema blockchain. Sin embargo, la correlación entre los precios de los tokens y el volumen de uso de los mismos es de prácticamente cero. Como explica Factor Research, los precios de estos activos se mueven principalmente por especulación. Para comenzar, distingamos entre los conceptos de criptomoneda y de token: un token es un contrato inteligente dentro de una cadena de bloques (blockchain), mientras que una criptomoneda es el token nativo de una cadena de bloques particular. Por ejemplo, ETH es la criptomoneda de Ethereum Blockchain, mientras que SHIB es un token dentro de la red Ethereum. El número de tokens ha crecido de manera exponencial en los últimos años, sin embargo las redes de Ethereum y de Binance Smart Chain alojan el 85% de la cuota de mercado de tokens.

Fuente: CoinMarketCap, Factor Research
Existe una gran diferencia entre la inversión en tokens y la inversión tradicional en compañías cotizadas. Las acciones, sean de empresas que cotizan en mercado público o sean de compañías privadas en ampliaciones de capital, otorgan a su poseedor una serie de derechos de propiedad sobre la misma. Sin embargo, muchas startups del ecosistema blockchain se financian actualmente vía tokens que no otorgan a su poseedor ningún derecho real o legal sobre el negocio que lo sustenta. Lo que se proporciona es una promesa de que en el futuro, cuando se desarrolle el proyecto, los ‘holders’ (personas que mantengan tokens del proyecto) tendrán acceso a los productos nuevos y/o capacidad de voto en algunas decisiones (esto es lo que se conoce como tokens de gobernanza). Por tanto se trata de inversiones no comparables, aunque esto no quita que en el futuro puede que lleguen a serlo. ¿Qué mueve el precio de un token? Generalmente las compañías cotizadas emiten una serie de informes económicos que permiten realizar un análisis sobre sus ventas o activos y a partir de ello emitir métricas como el ratio P/E que permite valorarlas. Las empresas que emiten tokens normalmente no hacen públicos tantos datos económicos y esto implica que la única manera de suponer que un token subirá de precio es si su uso se dispara. Sí que es cierto que muchos proyectos 'cripto' tienen un gran afán de transparencia y muestran en tiempo real datos como compraventas de tokens, número de ‘holders’, etc (ejemplo). Parece lógico que el precio de estos token se mueva en función de su nivel de adopción/uso.

Fuente: Factor Research
Sin embargo, observamos de manera empírica que esto no ha sido así. La correlación entre el volumen de uso de un token y su precio tiende de media a cero. Si la utilidad del producto, del token, no mueve su precio, ¿qué lo hace? La respuesta evidente es la especulación. ¿Ocurre lo mismo para las criptomonedas?

Fuente: Factor Research
Parece que sí. Pero, ¿para las grandes criptomonedas del mercado obtenemos los mismos resultados?

Fuente: Factor Research
Así es, por lo que podemos concluir que la correlación entre el precio de los criptoactivos y su volumen de uso es de prácticamente cero.
Su valoración a día de hoy parece que se basa principalmente en la especulación (algo históricamente normal para un nuevo mercado).
Volviendo a lo comentado anteriormente, ¿cuál es la principal diferencia entonces entre la inversión en ‘criptos’ y la inversión en compañías cotizadas? La diferencia clave es que las empresas pueden distribuir beneficios como dividendos a los accionistas, independientemente del entorno del mercado. No hay algo similar en la inversión en criptomonedas. Además, invertir en divisas es un juego de suma cero. Por cada inversor que se beneficia de una posición en dólares, euros o BTC, otro pierde la cantidad equivalente.
Existe sin embargo un universo conocido como finanzas descentralizadas (DeFi) que sí proporciona una recompensa al usuario que proporciona liquidez al sistema. DeFi rompió el paradigma financiero entre usuarios pasando de un sistema P2P (‘peer to peer’, usuario a usuario) a P2C (‘peer to contract’, usuario a contrato). De esta manera, los contratos inteligentes alojados en la red blockchain pueden funcionar sin una contrapartida. Este sistema, ofrece entre otros servicios préstamos sobrecolaterizados sin intermediarios fuera del protocolo. Este mercado tiene una inversión interna actual superior a los 54 mil millones de dólares.

Total Value Locked in DeFi. Fuente: DeFi pulse
¿Qué papel pueden jugar los cripto activos en una cartera? Si buscamos un portfolio estructuralmente diversificado, tendría sentido incluirlos siempre que tuvieran un comportamiento diferente a otros activos en determinados escenarios económicos. Su breve historia en los mercados nos demuestra que este tipo de activos tiene una fuerte correlación con las acciones de empresas tecnológicas estadounidenses.

Fuente: Bloomberg
Por último cabría preguntarse la gran duda, ¿puede Bitcoin irse a cero?
En un paper publicado en junio de 2021, Nassim Taleb advertía de lo que él considera que es el mayor riesgo para Bitcoin y en general para las criptomonedas. El argumento parte de la idea de que las criptomonedas necesitan de su red para tener valor, de forma contraria a como podría ocurrir con una moneda de oro, un Bitcoin tiene valor cero si la red blockchain que lo sustenta está inoperativa. Por tanto, su valor depende de la red. Por construcción, el ecosistema Bitcoin es deflacionario para incentivar el aumento de precio de sus tokens. Sin embargo, si el precio del mismo comienza a caer y llega a ser inferior a su coste de producción (minado), la red dejaría de funcionar ya que no generaría recompensas suficientes para continuar su funcionamiento. Otro argumento que se utiliza como punto negativo de Bitcoin es que tiene un ‘negative carry’. Esto significa que la red tiene una tasa de deterioro que actualmente es financiado por el dinero que está entrando en la red. Sin embargo, esto es únicamente sostenible mientras que entre más dinero del que salga, viéndose alguna similitud con un esquema ‘Ponzi’. El único activo real que no tiene esta tasa de deterioro, es el oro.
¿Entonces, tiene sentido incluir activos digitales en una cartera de inversión? Como ya hemos comentado, el mundo blockchain no incluye solo los tokens y criptomonedas (con una capitalización de mercado conjunta de más de 1,2 billones de euros) sino también una extensa red de productos, de empresas y de tecnologías basadas en la misma idea. Ya hemos mencionado las finanzas descentralizadas, donde se encuentran invertidos más de 54 mil millones de dólares. El mercado de NFTs (tokens no fungibles, únicos) está valorado en 10 mil millones de euros. Las ‘stable coins’ (criptomonedas o tokens asociadas al valor de una moneda ‘fiat’, como el euro o dólar) tienen una ‘market cap’ de más de 150 mil millones de euros. Parece que la capitalización que actualmente otorga el mercado a este tipo de activos es demasiado alta como para pasarla por alto.
Para terminar, creo que es una realidad la disrupción que las tecnologías blockchain están trayendo a la mesa en el mundo de las finanzas: descentralización, tokenización, velocidad en las transacciones. Habilitar un ecosistema empresarial de miles de participantes que no se conocen y no confían unos en otros, para crear e intercambiar valor a través de una red global, proporciona a las tecnologías de cadena de bloques el potencial de ser disruptivas.
Es importante entender las fortalezas y debilidades del ecosistema ‘cripto’. Afortunadamente, Harry Browne (economista estadounidense que propuso la cartera permanente) ya pensó en este tipo de inversiones con su concepto de ‘cartera variable’. Él mismo recomendaba alojar un % de tu patrimonio en posiciones especulativas que tuvieran sentido para ti. Esta parte debería ser mayor o menor en función de tu perfil de riesgo. Es en esta sección de la cartera es donde considero que deben incluirse las criptomonedas y otras inversiones en activos digitales.
La idea de la filosofía #particiciparyproteger no es comprar activos que suban de precio en el corto plazo, si no activos que te protegen en diferentes escenarios económicos. ¿En qué escenario funcionarán bien los activos digitales? History will tell, por sus características tan diferentes a otro tipo de activos tradicionales, es probable que en el futuro cumplan una buena función de diversificación, ya que en mi opinión tienen características que los hacen estructuralmente diferentes a otros activos financieros.
Este blog está editado por un servidor, Curro. Soy arquitecto de soluciones tecnológicas y tengo un enorme interés por las finanzas personales, la gestión de patrimonios y la inversión financiera. Comencé a una edad bastante temprana a invertir (y por tanto a cometer errores) y encontré respuestas a muchos de los temores que tenía como inversor en la filosofía de inversión todoterreno. Creo que una aproximación a los mercados financieros patrimonialista, con un conocimiento suficiente sobre nuestra estrategia, con un foco en el control de riesgos y con activos estructuralmente diversificados es la correcta para la gran mayoría de inversores.
Cualquier contenido que puedas encontrar en esta web tiene objetivo meramente educativo y no debe ni puede considerarse asesoramiento en inversiones ni una recomendación para comprar o vender activos de ningún tipo.