El inversor frente a la bola definitiva, @AndrésBauzá
Actualizado: 3 jul 2022
Los términos deportivos son frecuentes en la alta dirección de compañías, las relaciones comerciales y el mundo financiero. En particular, en los cursos avanzados de universidades de prestigio, se utilizan metodologías basadas en las estrategias de los equipos de las grandes ligas, al estar los estudiantes familiarizados con ellas se acelera su proceso de aprendizaje; expresiones como banderas rojas, tipos de decisores, posición competitiva, grado de influencia de cada jugador, cubrir las bases, ... son de uso común en los pasillos del MIT o Harvard.
Sin embargo cuando los entendidos aficionados de Boston acuden al estadio de béisbol a disfrutar de su equipo, los míticos Red Sox, olvidan por un instante todas las tácticas protectoras previas y en el momento de la verdad se concentran en el muro verde situado a la izquierda de la zona de bateadores. Con el paso de los años el “Monstruo Verde” se ha convertido en una de las mayores atracciones en un recinto deportivo. Ha servido de fondo para algunos de los momentos más icónicos en el béisbol, las celebridades se disputan los incómodos y carísimos asientos habilitados sobre el mismo. Es algo irónico, ya que inicialmente fue construido para evitar que se pudiesen ver los partidos gratis desde el exterior.
¿Cómo se preparan los jugadores de élite para los momentos claves? ¿Qué tácticas se diseñan en las pizarras en los instantes previos? ¿Cómo se aíslan mentalmente de la presión existente? Podemos aproximarnos observando la forma general de abordar las estrategias ante un reto, buscando una analogía en el mundo inversor para desembocar de nuevo en el momento clave del partido cuando el bateador estrella se dispone a golpear una bola decisiva.
El premio Nobel Rudyard Kipling escribió: “Tengo seis honestos sirvientes, que me enseñaron todo lo que se, sus nombres son Qué, Por qué, Cuándo, Cómo, Dónde y Quién”, con ligeras adaptaciones siguen siendo cuestiones válidas para un primer análisis de cualquier entorno en el que nos situemos. En el caso de la inversión podríamos visualizarlo como un cubo, nos centramos habitualmente ¿en qué entorno nos encontramos?, ¿en qué invertimos? y ¿cómo lo hacemos?, pero nos olvidamos de las tres caras ocultas y no menos importantes, ¿con quién?, ¿dónde vamos a realizarlas? y ¿para qué invertimos?.

La respuesta al ¿Para qué? define nuestro perfil como inversor, la mayoría puede argumentar de forma genérica que para participar del crecimiento y proteger el patrimonio, si profundizamos un poco más en los intereses de cada uno, son los matices de los grados de protección donde encontramos las verdaderas diferencias.
De forma resumida en la tabla se reflejan las estrategias más habituales que se pueden utilizar en las diferentes coyunturas de mercado para preservar nuestros activos:

Reflexionando un poco más observaremos que las asociadas al primer bloque están condicionadas por la descorrelación entre clases de activos, son protecciones indirectas que en algún caso y de forma temporal pueden no cumplir su finalidad.
La última estrategia sin embargo cubre el riesgo de forma directa, mediante vehículos ligados a la volatilidad, tipos de interés o inflación. En este caso actúan como un seguro frente a situaciones no deseadas.
Repasando las diferentes opciones:
Sudden Drawdowns (indirecta): Frente a caídas bruscas de la bolsa disponer de un porcentaje suficiente de bonos a largo plazo contrarrestará los efectos negativos en el rendimiento global de la cartera por la descorrelación entre clases de activos y su alta volatilidad, aunque no siempre tendrá ese efecto, particularmente en fases de subidas de tipos donde su valor se deteriorará a la vez que las acciones. En otras ocasiones el oro puede posicionarse como reserva de valor reforzando a la renta fija o incluso llegando a sustituirla en recesiones inflacionarias.
Trending Markets: En mercados con marcadas tendencias las estrategias Trend protegen en las peores caídas que son las más prolongadas en el tiempo, por otro lado la concentración en las clases de activos que mejor desempeño tengan en fases de crecimiento nos puede exponer a un mayor riesgo en los momentos de cambios de tendencia. Para evitar la mala suerte en el market timing se utilizan tácticas de zanjado de carteras, dividiendo el global del patrimonio en varias partes y aplicando en diferentes momentos a cada una de ellas las reglas del seguimiento de tendencias.
Non Trending Markets: Cuando nos encontramos en mercados laterales, la disminución de riesgos se sustenta en técnicas de Alternative Risk Premia, basada en la diversificación entre clases de activos y aprovechar el efecto de reversión a la media entre sus valoraciones. Algunos ejemplos son las estrategias de retorno absoluto o Buy & Hold + Rebalanceo.
Sudden Drawdowns (directa): Se aplican directamente protecciones sobre los riesgos de cola de la distribución de precios, relacionando indices de volatilidad, tipos de interés e inflación. Disponer de un % suficiente de efectivo también permitirá suavizar la caída si no se prolonga en exceso en el tiempo.
Hay tantos perfiles inversores como número de partícipes en el mercado, con el objeto de analizar los diferentes enfoques de protección los hemos clasificado en tres grandes grupos según la conformación de sus carteras:
Los inversores más arriesgados suelen presentar un porcentaje mayoritario de activos de riesgo, principalmente renta variable. La mayoría se plantea proyectos a largo plazo, a pesar de ello temen que emocionalmente les pueda pasar factura las caídas más prolongadas y una buena forma de protegerse de ellas es mediante tácticas Trend, reducen notablemente los Drawdowns manteniendo la rentabilidad a largo plazo, opera en este tipo de cartera como Stop Loss pero implementando la salida y entrada en el mercado con reglas de seguimiento de precios preestablecidas.
Con este tipo de estrategia los inversores no se protegen de las caídas bruscas para las que deberían implementar algún tipo de protección sobre los riesgos de cola. Sin duda mejorarían sus ratios de rentabilidad/riesgo pero estas herramientas son costosas y a largo plazo inciden en la reducción del rendimiento. A veces desear alcanzar resultados rápidos y al mismo tiempo reducir pérdidas les llevan a actuar como los barcos que se sienten seguros guarecidos en el puerto pero cuya naturaleza no está hecha para ese fin, y la tragedia de la que creían haber escapado les aguarda pacientemente.

Imagen extraída del ensayo “Investing Amid Low Expected Returns” de Antti Ilmanen
Los inversores equilibrados suelen optar en mayor o menor grado por diversificación en clases de activos descorrelacionados que les proporcionan protección frente a ciertos drawdowns y a mercados laterales por el rebalanceo hacia sus pesos iniciales. Valoran una compensación entre participar y proteger, apreciando que crezca su patrimonio pero también poder disponer de parte de él si lo necesitan en un momento dado.
Manteniendo la combinación de tácticas de seguimiento de tendencias con protección de riesgos de cola mejoramos todos los ratios de rentabilidad/riesgo a costa de reducir, si tenemos mala suerte con el periodo inversor, los rendimientos en las peores situaciones (Low) de los rolling period a partir de 5 años, que representan los resultados en todos los periodos corridos de diferente amplitud desde el inicio del estudio. Una solución prudente para este tipo de inversores sería combinar estrategias de reversión a la media con seguimiento de tendencias o establecer que objetivos consideran prioritarios.
Los inversores defensivos son quizás los más incomprendidos, priorizan por diferentes circunstancias preservar su patrimonio pero sin renunciar a conseguir un cierto rendimiento al estar dentro del mercado. Sus estrategias suelen ser diversificadas tipo All Weather o Cartera Permanente, en principio con protecciones para cada uno de los escenarios ya que a la descorrelación de sus clases de activos se le suma un importante porcentaje de efectivo dispuesto para aportar liquidez al mercado en caídas violentas o prolongadas y poder aprovechar la minusvaloración de los activos que componen la cartera en esos momentos.
La inclusión de tácticas que mejoren aún más su posicionamiento defensivo (tipo Trend/Tail Risk) funcionan a expensas de repercutir en un aspecto básico para el éxito de este tipo de carteras, la capacidad de contraatacar. Resulta clave, sobre todo en estrategias defensivas, la asimetría entre el porcentaje de crecimiento capturado del mercado por la cartera (Upside Capture) y el porcentaje de pérdida capturada del mercado (Downside Capture).

Richard Rumelt, uno de los mayores expertos en abordar problemas complejos, argumenta que al diseñar una estrategia nos vemos obligados a renunciar y priorizar aquellas acciones más coherentes para aproximarnos a nuestros objetivos.
Como en un buen equipo defensivo, es imprescindible disponer de delanteros capaces de convertir las pocas oportunidades de gol que se presenten, o como el bateador que se protege de los rayos de sol con su gorra en el Fenway Park y olvida por un instante todo lo comentado por el entrenador previamente para centrarse en el momento de la verdad y golpear la bola lo más fuerte posible hacia la grada del gran muro verde sentenciando el partido.
Andrés Bauzá (Madrid, 1968) es Ingeniero de Caminos de formación y cuenta con más de 20 años de experiencia como Director Comercial y Territorial en el Sector de la Prevención de Riesgos Laborales. En la actualidad vive semi retirado en Palma de Mallorca disfrutando de sus intereses; literatura, cine, psicología... e inversión.
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